El nuevo museo me pareció un proyecto con muchos pros y contras. Es bueno que sea una arquitectura diferente a la que se ve en la Ciudad de México, pero es difícil que las personas logren apropiarse de ella, debido a su forma complicada de definir. Es una obra totalmente imponente, y llama la atención enseguida.
Tiene detalles importantes de organización, ya que no se distingue bien el recorrido ideal para visitar la exposición. Falta marcar jerarquías en las obras y también la entrada.
En general pude notar que el Soumaya no estaba listo para recibir al público, lo cual es reflejo de nuestra misma cultura, la impuntualidad. También pienso que el arquitecto Fernando Romero, no pensó mucho en el contexto, porque dejo un espacio interior totalmente blanco, siendo el color No el problema, sino el material de muros, los cuales ya llevan varias marcas de suciedad. Varias obras, de mármol blanco, se dejaron sin protección, lo que ocasionó que a poco tiempo de haberse abierto al público en general, ya estén sucias y gastadas por la manipulación de las personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario